Un tumor hipofisario es un tumor en la glándula pituitaria.
La hipófisis, también llamada glándula pituitaria, es nuestra principal glándula hormonal y controla muchas hormonas y funciones del organismo. Está situada en una depresión de la base del cráneo llamada "silla turca" y consta de un lóbulo anterior, la adenohipófisis, y un lóbulo posterior, la neurohipófisis. La hipófisis está conectada a través del tallo hipofisario al hipotálamo, que procesa las señales del cuerpo y controla la función hipofisaria. Juntos forman el control central de los sistemas hormonales para la reproducción, el metabolismo y el crecimiento. Los nervios ópticos, los nervios craneales e importantes vasos sanguíneos bordean la hipófisis.
Según los hallazgos actuales, una de cada cinco personas tiene una hipófisis que se desvía de la norma. Sin embargo, este denominado adenoma hipofisario no suele requerir tratamiento. En uno de cada 600 casos, un adenoma especialmente grande (macroadenoma) ejerce presión sobre los nervios ópticos y la hipófisis, de modo que se manifiestan trastornos visuales, hipofunción hiperfisiaria con mayor riesgo de hemorragias o hiperfunción con graves consecuencias hormonales (prolactinoma, acromegalia, enfermedad de Cushing). En consenso interdisciplinario, se decide entonces el curso de acción ulterior, ya sea con medicación o con cirugía. En caso de cirugía, se dispone de procedimientos de alta tecnología como la neuronavegación intraoperatoria, la neuroendoscopia en combinación con microscopios quirúrgicos de alta resolución y la obtención de imágenes intraoperatorias mediante resonancia magnética (RM) intraoperatoria.
En más de 1.500 operaciones, se pudieron corregir cerca del 99% de los problemas visuales y cerca del 82% de los problemas hormonales. En más del 80% de los casos, el tumor pudo extirparse por completo. La tasa de recidiva, es decir, un nuevo crecimiento tumoral, es de aproximadamente el 6% en un plazo de 8 años. La tasa de complicaciones es de aproximadamente el 2% y la de mortalidad, del 0,2%.
Otras alteraciones patológicas dentro o por encima de la silla turca (por ejemplo, quistes de la bolsa de Rathke, craneofaringeomas, meningiomas o los más raros cordomas, metástasis, linfomas y glioblastomas) también provocan síntomas similares a los de un adenoma hipofisario. Pueden tratarse con los mismos procedimientos quirúrgicos.
